viernes, 20 de noviembre de 2009
…van contigo donde quiera que tú vas
–– (Vaya… no puede ser. ¿Es el móvil? ¡Oh no! ¡Horror!)
–– Hola fenómeno, ¿cómo lo llevas?
–– Bien, bien. ¿Quién eres? ¿Eres el de arriba?
–– Sí bueno, uno de ellos. El-De-Arriba en sí está librando, que hoy es domingo. Yo sólo soy un mandao.
–– Ah, bien. ¿Y qué quieres? ¿Pasa algo?
–– No, nada. Aquí, que acabo de reiniciar el Love Arrows 3.0. y me da error. ¿Ya has vuelto a cagarla?
–– No, bueno. En realidad he acertado el tiro. Sólo que he dado a otro blanco. Un imprevisto, digamos.
–– ¡La madre que te trajo! ¿Estás en las nubes, eh?
–– ¡Claro! ¡Igual que tú! Bueno, ¿y ahora qué pasa? ¿Me vais a castigar?
–– Pues no sé. Estaba pensando en suspenderte de empleo y sueldo.
–– ¿Sueldo? ¡Pero si no cobro ni un euro!
–– Claro, porque trabajas por Amor… al arte. Es lo suyo, ¿no?
–– Sí, pero luego queréis encima que sea infalible. Por ese precio… a ver quién os iba a hacer un mejor servicio.
–– Pues el que encendió el pebetero de Barcelona’92, por ejemplo. Ese sí que es un profesional.
–– Sí, pero lleva 17 años dándoos largas… Por no hablar de Guillermo Tell, que ya son siglos. ¡Es que sois unos explotadores! A ver cuándo me ponéis refuerzos, que no doy abasto. ¡No me siento reconocido! Bien o mal, yo cumplo con mi trabajo...
–– El problema es que casi siempre es mal. La mayoría de tus flechazos crean unas ilusiones que luego se ven defraudadas. Deberías tener más cuidado, que luego se rompen los corazones, y no es tan fácil arreglarlos.
–– Ya, pero en el fondo, ¿qué más da que junte una media naranja con una media sandía? ¿También es redonda, no? Bueeeeno, vale, ya sé que no es lo mismo, pero al final funciona, ¿no? Hay que aceptar las diferencias.
–– Sí, funciona o se quiere pretender que funciona. Y luego también depende de cómo sean las diferencias. Porque menudo ejemplo me has puesto… ¡Miedo me das! Además, se supone que te contratamos para que seas romántico. ¿Qué mierda estás diciendo? En la próxima Junta Directiva vamos a estudiar seriamente tu sustitución por alguien que represente fielmente los ideales y valores de tu cargo, que abogue por el romanticismo. ¡Habráse visto!
–– Vaaaaaale. ¿Pero mientras tanto puedo seguir? ¿Puedo irme ya, que me quedan unos cuantos flechazos pendientes?
–– Por supuesto, pero más vale que mejores tu puntería o tendrás noticias nuestras.
–– De acuerdo. Buenas tardes.
–– Buenas tardes.
–– (Buf, vaya charla… Qué pesados, siempre con lo mismo. Y el caso es que yo lo intento. Os aseguro que lo intento. En fin, corramos un Cupido velo…).
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4 comentarios:
Jajaja qué bueno! Podría ser perfectamente la continuación de mi microrrelato!! :p
Ya ves, jeje. Un pelín más subversivo tal vez, pero en la misma línea. :P
:) me has hecho reir, gracias ;)
De nada :)
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