domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Y si fuera ella?

(EJERCICIO TEÓRICO PRÁCTICO)

Le diría:
Estoy aquí. Te estaba esperando, y tú me estabas buscando, aunque ninguno de los dos lo supiéramos.

Le diría:
Eres tú la que puede sacarme de mi cueva. Eres tú la maravilla de la naturaleza que puede despertarme y abrirme a la vida, a ti y al resto del mundo. La que puede sacarme todo lo bueno que llevo dentro y que, por incomprensible que parezca, me empeño en esconder. La que puede fomentar mis cualidades, que necesitan un complemento, una musa, un espejo de mirada chispeante para salir a la luz. La que, con sólo una sonrisa, puede revitalizar plenamente a este bolígrafo alicaído, que en el fondo está ansioso por manifestarse y eyacular toda su tinta sobre esta libreta, virgen de palabras pero no de ideas. Eres tú porque lo leo en tus ojos. Y porque tú lo lees en los míos. Si no, no tendría sentido.

Le diría:
Vas a enseñarme cosas que sólo tú puedes enseñarme. Voy a enseñarte cosas de ti misma que jamás habías imaginado. Y viceversa. Vamos a ser uno. Vamos a ser dos. Vamos a ser infinito. Tú puedes conseguir, por fin, que ame a alguien de verdad, sin trabas, sin terceras personas, sin “no es el momento”, sin miedos. Ahora mismo, por supuesto que tengo miedo. Mucho. Pero contigo será diferente. Tú eres capaz de ir quitándomelo, de ir aparcando mis complejos, de ir abriéndome poco a poco tal y como soy. Lo presiento. De hecho, lo sé. Y tú también lo sabes.

Le diría:
No quiero que me pises el corazón, porque no lo soportaría. Y porque yo no te voy a pisar el tuyo; sólo te lo voy a acariciar muy lentamente, como símbolo de todo tu cuerpo. Sí quiero que me cures todas mis heridas, porque sé que puedes hacerlo, pero también te pido paciencia, comprensión y mucha confianza. Y no me dejaré si tú no me permites también que cure las tuyas.

Le diría:
Puedo hacerte sentir la mujer más bonita del mundo. Primero, porque lo eres; o al menos yo lo siento así. Y con eso me basta. Y luego también, por puro agradecimiento, por gratitud infinita y por otros muchos sentimientos preciosos que irán surgiendo y que ahora mismo son un enigma para ambos.

Le diría:
No va a ser fácil; tampoco podemos engañarnos. La perfección no existe y, a las múltiples risas y momentos maravillosos, es probable que les acompañen algunos llantos y momentos duros o, simplemente, anodinos. Pero si los dos queremos, podremos conseguir que la balanza se decante claramente hacia lo positivo. Y que seamos eternos. Y que lo nuestro, por encima de todo, merezca muchísimo la pena. Porque querer es poder. Y si tú quieres, yo quiero.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso todo lo que has escrito. Espero que salgas de la duda y sientas "que es ella" y todas esas palabras encuentren el sentido en su destinataria porque seria una pena, que tanto sentimiento, fuera solo palabras al aire.
Afortunada me sentiria por tener a mi lado alguien que pudiera amarme así y le correspondería de la misma manera, amando.

Anónimo dijo...

Por cierto, una duda, de donde viene la dirección del blog de psicologia sumergida. Sinceramente yo por aquí no veo nada de psicologia, aunque se agradece, yo prefiero leer esto, que no todo en la vida es la mente, también somos alma.

Anónimo dijo...

"Vas a enseñarme cosas que sólo tú puedes enseñarme. Voy a enseñarte cosas de ti misma que jamás habías imaginado. Y viceversa. Vamos a ser uno. Vamos a ser dos. Vamos a ser infinito..."
"No quiero que me pises el corazón, porque no lo soportaría. Y porque yo no te voy a pisar el tuyo..."
"Sí quiero que me cures todas mis heridas, porque sé que puedes hacerlo, pero también te pido paciencia, comprensión y mucha confianza. Y no me dejaré si tú no me permites también que cure las tuyas..."
"No va a ser fácil; tampoco podemos engañarnos. La perfección no existe..."
"Porque querer es poder. Y si tú quieres, yo quiero..."

Como yo si estoy segura de que es él, te tomo estas palabras prestadas y se las
DIGO(en presente del indicativo)

dijo...

Muchas gracias por tus palabras. La verdad es que no es fácil sentir algo así. No pasa todos los días, y no pasa con cualquiera. Yo solamente lo he sentido de verdad (eso o algo muy parecido) una vez, y tuvo que pasar mucho tiempo para conseguirlo. Lo triste es que había factores muy importantes en contra para que ese amor siguiera su camino. Yo estoy convencido de que habría sido increíble. Y estoy seguro de que ella en el fondo de su corazón siente lo mismo. Pero no se arriesgó. La cabeza le dictó otra cosa. Se conformó con vivir de mi recuerdo. Y es que, para bien o para mal, no todo en la vida es el alma, también somos mente. ;)

dijo...

¿Psicología sumergida? Formalmente es un juego de palabras tonto, de los que a mí me gustan, como una deformación de “economía sumergida” (creo que eso es evidente). Por contenido, es lo que es. Lo que vaya saliendo… Para mí, psicología = mente + alma (o alma + mente, si lo prefieres). No se pueden separar. Las cosas no son tan sencillas. Para querer, no todo es tener muchas ganas de querer (aunque sí es importante tenerlas; no cerrarse). Hay que saber ponerse en el lugar del otro, y eso es muy complicado. Requiere mucha complicidad, mucha comunicación, mucha empatía… Mucha psicología. Puedes tener las mejores intenciones, pero no siempre vale querer como tú quieres querer, sino como la otra persona quiere que le quieran. Hay que saber respetar ritmos, libertades, necesidades… Y eso es sólo el principio.
Para mí, lo importante de este blog es que supone un despertar. Ha habido ahí como un chispazo, como un detonante. De estar jodido y apagado por el final de algo precioso, a volver a abrirse a la vida; o al menos intentarlo. Y eso es de agradecer. Ahora también puede uno valorar todo lo que ha aprendido. Y puede ocurrir que llegue algo tan bonito o incluso mejor. O no. ¿Quién sabe? Ya se verá. :)

Anónimo dijo...

Pues de corazón te deseo mucha suerte, espero que te llegue algo mucho mas hermoso.
Solo una cosa, cuando dices que tu tenias algo con alguien, pero lo perdiste porque ella no se arriesgo ¿estas completamente seguro de eso?
A mi tambien me acusaron de no arriesgarme y sin embargo, yo creo que no me lo permitieron, a lo primero porque no me dejaron el tiempo que yo necesitaba para darme cuenta y saber lo que sentia y más tarde, porque ya no me dejarón ni la mas minima oportunidad para hacerlo, en varios momentos lo intente y no me creyeron. Hoy volvi a intentarlo con todo el corazón, ójala sirva para algo.
Supongo que todo cuanto me ha pasado es el precio que hay que pagar por no querer saltar al vacio a la primera.

dijo...

Seguro nunca se está al 100% de nada. Pero, por poner un ejemplo, cuando le dices a alguien “Sabes que nadie te va a mirar nunca como te miro yo”. Y ella te responde, con su vocecita: “Eso es verdad”. Y encima te lo dice por teléfono, porque no es capaz de quedar contigo para cruzar esas miradas… No quiero hablar de esto. Es durísimo removerlo. Es una historia compleja, y no tengo claro todavía que me apetezca contarla por aquí (ni por ninguna otra parte). Todas las despedidas son duras. Pero ninguna es tan dura como la que no debió haberse producido. Al menos desde el punto de vista del corazón (del de los dos), aunque la cabeza te acabe dando argumentos de peso para aceptarlo.
Respecto a tu caso, yo te diría que no hay normas, pero que nadie tiene derecho a forzarte a sentir algo. Lo que pasa es que las tías sois otro mundo. Y a los tíos nos cuesta darnos cuenta de que los ritmos pueden ser distintos y, si no lo entendemos, nos impacientamos. Yo también pasé por eso. :) Hasta que uno se da cuenta de que, realmente, lo único que merece la pena es cuando los dos se sienten en la misma onda.

Anónimo dijo...

Pues también yo me estoy dando un paseo por tu blog... y con esta primera entrada me he quedado con la boca abierta y la lagrimilla en los ojos...
¡Me ha gustado muchísmo, creo que nadie podría resistirse ante tal argumento!

Y con los comentarios... ya veo que lo sentiste una vez... eres afortunado entonces. Aunque a veces no sabes que es peor, si no sentirlo nunca... o sentirlo y perderlo después.

dijo...

¡Pues te aseguro que sí hay alguien que se resiste!, jajaja. No, pero sé lo que quieres decir. Una cosa es resistirse y otra que te deje indiferente. El tema es que a veces las circunstancias y las personas son/somos demasiado complicados…

Pues es verdad. Todo depende de la necesidad de sentir que tengas. Sé que hay gente que nunca ha vivido algo parecido y vive más o menos feliz. Yo, desde luego, si no lo hubiera vivido no sé qué sería de mí ahora mismo…