sábado, 5 de diciembre de 2009

Cosquillas


Tal vez no se trate de nada extraordinario. No soy médico, ni psiquiatra, ni ningún estudioso del tema. Siempre he pensado, por sentido común, que debe de guardar alguna relación con el plano anímico más recóndito, como si fueran una especie de manifestación psicosomática del subconsciente. Pero jamás he profundizado lo más mínimo al respecto para poder comprobarlo. Como tantas otras veces, la magia del sentimiento acaba imponiéndose y sometiendo a la ceguera insensible de la razón.
Soy una de esas personas con muchas cosquillas; tantas que a veces las siento aunque ni siquiera me toquen, con sólo hacer el amago. Y sin embargo, ella consiguió quitármelas. Poco a poco, sin prisas. Después de infinitas y fugaces horas, pero en escasos y distantes días. Como una evolución natural y lógica, dentro de la comunión de cuerpo y mente casi perfecta que fuimos trabando al conocernos. Al final, mi piel era posada cálida y apacible para sus manos viajeras y aventureras.
Y ese es sólo uno de los pequeños milagros que obramos la una en el otro y el uno en la otra, pero la lista podría ser interminable. Por eso –y por todo lo demás–, nunca podré odiarla, aunque las cosquillas y la ausencia de ellas hayan dejado paso a un dolor que se va alejando, pero que no acaba de irse. Tan sordo como el olvido. Tan vivo como el recuerdo. Tan presente como la nostalgia.

5 comentarios:

Caos dijo...

gracias x pasarte x mi blog, yo acabo de hacer un recorrido por el tuyo y volvere XD

a veces duele tanto tiempo que uno se olvida cómo era cuando otro calor te inundaba

un beso

Sara dijo...

Piensa que al menos, durante un ratito, no tuviste cosquillas... es mejor que no haberlo vivido ;)

dijo...

Caos: Anda, es verdad, yo te había invitado a algo, ¿no? ;)
Sí, es verdad. Se olvida pero en realidad nunca se olvida. Aunque supongo que también depende de cómo fuera de agradable ese calorcito, jeje. ¡Bienvenida!

Sara: Pues sí. Y no te creas que no lo pienso. Esas son las cosas que te mantienen vivo. ;)

Anónimo dijo...

Va a ser verdad eso de que el amor todo lo puede... o casi todo...

dijo...

Casi, más bien :D